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¿ES LA NATUROPATÍA UNA CIENCIA?

¿ES LA NATUROPATÍA UNA CIENCIA?
La medicina y la naturopatía siempre han ido de la mano. De hecho, en el comienzo de los tiempos, no existía la medicina como actualmente la conocemos, existía la naturopatía. El ser humano se servía de remedios naturales, gracias a los recursos que la naturaleza ponía a nuestra disposición.
 
El siguiente artículo ha sido elaborado a partir de la entrevista realizada a Miguel Ángel Ruiz, el día 11 de septiembre de 2017 en el Centro Solnaturaleza. Para ver la entrevista completa, puedes pinchar en el siguiente enlace: https://youtu.be/3GJ-vMYlx3M

¿QUÉ ES LA NATUROPATÍA Y CUÁLES SON SUS ORÍGENES?

Naturo significa naturaleza, y Patía significa camino. Es por esto que podemos considerar la naturopatía como el camino hacia la naturaleza; un camino por el que transitamos desde hace millones de años, no solamente los seres humanos, sino todos los seres vivos que pueblan este maravilloso planeta.
En otro artículo de este blog hablábamos de Hipócrates, a quien se le considera el padre de la medicina; yo voy un paso más allá: es el padre de la naturopatíaSi Hipócrates estuviera vivo hoy en día, nos diría: “¡Hijos míos! ¿Pero que estáis haciendo?"
Hipócrates, defendía una alimentación lo más natural posible y sostenía que el sol, el agua, las plantas y el agua de mar, eran recursos esenciales para ayudarnos a mantener una alimentación lo más natural posible, así como remedio para nuestras enfermedades.
Es decir, se basaba en estos principios básicos:
  • La importancia de las influencias ambientales,
  • La salud es un estado de equilibrio,
  • La interdependencia entre el psiquismo y el cuerpo,
  • El poder curativo intrínseco de la naturaleza.
Y es que en aquella época no existían productos químicos, ni sintéticos, ni artificiales. Y así ha sido durante miles y miles de años, hasta ahora…

EL DINERO POR ENCIMA DEL BIENESTAR DE LAS PERSONAS

Es inevitable pensar que aquellos que atacan a la naturopatía y la medicina tradicional china, son personas que, obviamente, tienen unos intereses económicos  y que pretenden dañar a la sociedad, enfrentando a unas personas contra otras, defensores contra detractores, naturopatía contra medicina. De este enfrentamiento lo único que subyace es que el más perjudicado siempre acabará siendo la persona con problemas de salud, que lo único que quiere es mejorarla de la forma menos agresiva posible.
Es curioso ver como en el campo de la naturopatía empleamos complementos alimenticios o nutracéuticos naturales y que no son agresivos, por lo que se adaptan completamente a nuestro organismo. Sin embargo, los productos químicos como los fármacos, son productos que por su composición y elaboración tienen efectos secundarios que pueden llegar a ser muy perjudiciales Además, ¿no es llamativo que la misma industria que produce los medicamentos, está fabricando también, pesticidas, herbicidas, productos transgénicos y aditivos alimentarios? Es por esto, que todas estas sustancias químicas, generan tanta polémica hoy en día.

SUSTANCIAS DAÑINAS PARA EL ORGANISMO

En la Edad Media se utilizaba mercurio para tratar de ayudar a las personas, y hay que entender a a quien lo utilizaba, ya que seguramente lo hiciera con el mayor cariño y dedicación, con la esperanza de poder contribuir al restablecimiento de la salud de los enfermos.
También se hacían sangrías, que consistían en realizar cortes al enfermo, para que derramara una cierta cantidad de su sangre. Esto se hacía porque existía la creencia de que podría haber un exceso de ella y que de esa manera, se podía ayudar y beneficiar la salud del individuo.
Los primeros medicamentos que se fabricaron, datan del siglo XVIII. Para su fabricación se empleaban el mercurio y el arsénico. Este tipo de productos se utilizaban para curar, algo que hoy en día sería considerado una completa aberración…  Existen muchas curiosidades sobre este tema, pero cabe recalcar que estos productos, ya fueran químicos o naturales, estaban diseñados para aliviar a las personas con problemas de salud…
Actualmente, y no sólo en materia de salud, recurrimos rápidamente a los productos químicos, como los pesticidas o los herbicidas, o ciertos productos que empleamos para dar color u olor y que son derivados del petróleo. Todos ellos son incompatibles con el cuerpo humano y nos van dañando paulatinamente. Es a esto a lo que Hipócrates se refería con su célebre frase: “Que tu alimento sea tu medicina”. Otro producto que no es compatible con nuestro organismo es el alcohol, pero como produce sensación de bienestar y felicidad en el momento en el que una persona lo consume, creemos que no nos está produciendo ningún tipo de efecto dañino. Es evidente que no es así, y sin embargo, es una sustancia de la que muchas personas abusan, llegando a suponer un problema muy arraigado en la sociedad.
En cuanto a los medicamentos, ocurre lo mismo, provocan unos efectos secundarios, unas interacciones y unas contraindicaciones que no se pueden negar, incluso están escritas en los prospectos por el propio laboratorio farmacéutico, pero como son paliativos para muchos de nuestros problemas, hacemos la vista gorda…
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¿QUÉ SON LOS COMPLEMENTOS ALIMENTICIOS?

Curiosamente los complementos alimenticios, en contraposición a los fármacos, no necesitan prospecto porque no poseen efectos secundarios.
El fármaco no te va a alimentar, no te va a dar nutrientes, ni te va a desintoxicar; no es un producto que proceda de una verdura, o de una planta. Es un producto artificial que está fabricado en un laboratorio y que va a producir una reacción en el cuerpo. A priori va a producir una reacción beneficiosa, que es para lo que está diseñado, pero también va a producir una reacción perjudicial por culpa de los efectos secundarios indicados en el prospecto, como explicábamos anteriormente…
Por otro lado, los complementos alimenticios, como la propia palabra indica, son un alimento, y no tienen nada que ver con los productos químicos ni con el fármaco. Como ya hemos mencionado, el fármaco es un producto químico, que está diseñado para curar, algo que ya de por sí los diferencia de los complementos alimenticios, ya que la misión del complemento es la de alimentar por medio de los nutrientes por los que está compuesto, dándole al cuerpo aquello de lo que pueda estar careciendo.
Si por ejemplo se tiene una carencia de un mineral, como pudiera ser el hierro, se puede obtener mediante un complemento alimenticio compuesto de espinacas. Igualmente ocurriría, si la carencia fuese de cobre o de vitamina C.

Un complemento alimenticio, es un alimento y es un producto natural y compatible con el organismo.

Tengo la esperanza de que en un futuro nos daremos cuenta de lo mucho que los fármacos de hoy en día repercuten en nuestra salud, y diremos: "¡Qué perjudiciales eran! ¡Qué efectos secundarios tan terribles producían en las personas!" Creo que es algo que con el tiempo puede llegar a ser una realidad, sobre todo si nos fijamos en lo que comentábamos acerca de los remedios y métodos empleados en la Edad Media y lo impensables que nos parecen a día de hoy.

RUMBO HACIA EL CAMBIO

Por suerte, comenzamos a ver con mayor asiduidad en los medios de comunicación y en la televisión, productos cosméticos que en su composición no llevan productos químicos. Quizás esto signifique el inicio de un cambio de mentalidad de la sociedad, donde todos estemos mucho más concienciados sobre la importancia de nuestra salud, sobre la necesidad de prevenir antes de vernos obligados a curar.
La propia O.M.S (Organización Mundial de la Salud) está pidiendo que las terapias complementarias, como la medicina tradicional china y la naturopatía alimentaria entre otras, dejen de ser desdeñadas ni apartadas, y que pasen a formar parte de la medicina actual.
Con todo esto, ¿qué es lo que necesita nuestro cuerpo para poder combatir una enfermedad? Principalmente sustancias que sean lo más compatibles con nuestra fisiología. Por descontado, cuando hablamos de sustancias compatibles, éstas no deben ser químicas, ni mucho menos… Han de ser lo más naturales y asimilables por nuestro organismo, algo que sólo encontraremos directamente en la naturaleza. Pero también debemos saber que hay que tener cuidado y saber seleccionarlas, ya que en la naturaleza también podemos encontrar sustancias no compatibles. Sabemos que en la naturaleza hay venenos, como por ejemplo, las setas venenosas o la picadura de una abeja (aunque el veneno de la abeja se ha demostrado que puede ser bueno para la salud si es aplicado en dosis pequeñas y controladas).
En cuanto a los alimentos, también hay que tener cuidado con ellos, porque no es lo mismo un tomate que está cultivado de una forma normal o tradicional, que un tomate que está cultivado con abonos procedentes del petróleo, como los pesticidas para matar las plagas, o los herbicidas para matar las hierbas indeseables… El producto fumigado, no es bueno ni compatible con el cuerpo humano y por consiguiente nos va a dañar.
Afortunadamente hoy en día, disponemos de productos ecológicos o naturales, que no llevan ningún tipo de pesticidas ni herbicidas, y que por lo tanto, son buenos para nuestra salud.