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LOS ORÍGENES DE LA ALIMENTACIÓN

LOS ORÍGENES DE LA ALIMENTACIÓN
Existe un dato falso popular, que reivindica que los hombres somos omnívoros por naturaleza. Es decir, que nuestro instinto nos impulsa a comer alimentos tanto de origena animal, como de origen vegetal. Se dice que somos así desde la prehistoria, ya que los hombres de la prehistoria eran cazadores y por lo tanto comían carne. Este dato, ha demostrado ser falso.
 
Soy amante de la arqueología, y me gusta visitar habitualmente los museos arqueológicos de lo lugares a donde viajo. Hace poco tiempo tuve la suerte de visitar el prestigioso museo arqueológico de Burgos, el cual se nutre del yacimiento de Atapuerca; uno de los Yacimientos arqueológicos más importantes del planeta, ya que contiene restos del pasado tan abundantes e importantes, que están marcando un antes y un después en la reconstrucción de nuestra prehistoria.
Caminando por una sección del museo dedicada a las características y costumbres de las diferentes especies homínidas de la prehistoria, desde los tiempos más antiguos hasta el homo sapiens, pude verificar que efectivamente, los hombres prehistóricos fueron, durante la mayor parte de la prehistoria y en contra de pronósticos pasados, vegetarianos.
El hombre habita la tierra desde hace unos 7 millones de años. A lo largo de este vasto espacio de tiempo, ha abrazado diferentes prácticas de alimentación.
El hombre más antiguo fue vegetariano, y continuó siéndolo durante los primeros millones de años de la prehistoria. Por diferentes circunstancias y respondiendo a las necesidades que planteaba el entorno, el hombre, para adaptarse, extendió su rango de tolerancia e incorporó también alimentos de origen animal. También han existido numerosas sociedades prehistóricas en las que se ha practicado el canibalismo.
El hombre siempre está motivado por la supervivencia, y ello le ha llevado a adaptarse y a sacar el mejor partido de sus circunstancias. Pero eso  no significa que el hombre sea carnívoro por naturaleza, o caníbal por naturaleza. No. Por ley natural, así como por origen, el hombre está diseñado para sustentarse a base de alimentos de origen vegetal.
Aunque el asunto de cuál es la naturaleza del hombre en lo que a alimentación se refiere es un tema que por lo general genera opiniones muy diversas, lo siguiente que voy a indicar es un hecho indiscutible:
La dentadura del hombre actual así como su intestino, están diseñados bajo las mismas bases y con las mismas estructuras que los de los hombres más antiguos; es decir, los que poblaban la tierra hace 7 millones de años y se alimentaban satisfactoriamente a base de vegetales. La dentadura era de herbívoro y el intestino era largo. Estos hombres, en verdad, eran vegetarianos por elección, y no por necesidad. Su naturaleza y su instinto les empujaban a llevar este tipo de alimentación, y no se les ocurría ni por un momento desgarrar a un animal para comerlo crudo. De hecho, nosotros hoy en día tampoco somos capaces de hacerlo si no nos dan al animal cocinado y servido en bandeja. Cuando vemos un animal, normalmente sentimos afinidad por él. El ningún momento sentimos el instinto de matarlo para comerlo. Si nos ponen un vegetal delante y un conejo vivo, no se nos ocurre matar al conejo para comerlo. Nos comemos el vegetal y acariciamos al conejo.
Los animales que son realmente carnívoros, tienen el instinto de matar a sus presas potenciales. También tienen dentadura especial para masticarlas, e intestino corto para digerir y eliminar rápido las toxinas de la carne. Los dientes del hombre y sus gentiles colmillos no están hechos para desgarrar carne, y mucho menos cruda. Además, el intestino del hombre es largo, lo cual indica que, biológicamente, nuestro cuerpo está diseñado para digerir alimentos de origen vegetal al igual que ocurría con nuestros más antiguos antecesores. La carne, en un intestino largo, tarda mucho en ser eliminada y consumirla genera más putrefacción en el organismo, que cuando se trata de elementos vegetales.
Como digo, el tema de comer carne es una cuestión de hábitos y costumbres. Nos apetece y creemos que la necesitamos, sólo porque nos hemos acostumbrado a ella.  No es una cuestión ni de necesidad real, ni de instinto, ni tampoco de que nuestro cuerpo esté construido para desgarrar y digerir la carne. En la India el 90% de la población es vegetariana, y ese 90% no considera que necesite la carne para sobrevivir. De hecho, la India, es uno de los países con menor índice de cáncer del mundo.
Mapa de la incidencia del Cáncer en el mundo
No trato con este escrito de hacer una campaña en contra de la carne, ni en contra de las personas que la comen. Simplemente expongo la verdad acerca nuestras tendencias alimenticias originales y cómo éstas son coherentes con la biología del organismo humano, ya sea prehistórico, o actual. Normalmente, los animales responden a las leyes naturales, y a los instintos naturales. En los seres humanos hay mezclado mucho factor cultural y educacional, que nos hace creer que lo que hacemos responde a nuestra naturaleza, cuando en realidad sólo responde a lo que hemos aprendido o a lo que nos hemos adaptado. Vuelvo a mencionar a las culturas que eran caníbales. Los caníbales son personas que se alimentan de otras personas humanas. Posiblemente ellos creían que eran caníbales porque esa era su naturaleza. El que dice que somos carnívoros, u omnívoros por instinto o naturaleza, no está más en lo cierto que los hombres que creen que somos caníbales por naturaleza. Siempre hay una ley natural básica que es a la que rige a todos los animales y es la que manda en los factores genéticos que diseñan los organismos. Lo demás son añadidos que hemos ido adquiriendo los humanos a lo largo de la historia debido a diferentes cuestiones de adaptación a entornos, circunstancias, y contextos culturales. No debemos confundir aquello que somos por naturaleza, con aquello a lo que nos hemos adaptado.